martes, 20 de septiembre de 2011

PARTICIPACIÓN CIUDADANA: R.I.P. (2005)

            “La participación ciudadana permite hacer el contrapeso adecuado en la balanza del poder político, son los mismos ciudadanos quienes tienen la capacidad de hacerse oír y de saber lo que se hace por ellos y para ellos”.
“Para gobernar hay que introducir cambios en los procesos de toma de decisiones. Cambios para aumentar el grado de responsabilidad, democracia y transparencia de la acción del gobierno local. El mejor camino para saber cuáles son las necesidades ciudadanas, e incluso, poderse anticipar a ellas, es incorporar las instituciones ciudadanas en la toma de decisiones”
Esto que acaban de leer son conclusiones sobre la importancia de la participación ciudadana. Una, del Comité de Ministros del Consejo de Europa, y la otra, de la Federación Española de Municipios y Provincias. Hay muchas más de este tipo. Hasta el sentido común nos indica que es mucho mejor fomentarla que obstaculizarla. Pero por lo visto, nuestro Alcalde no lo entiende así. Sus responsables de Distrito, tampoco. Si no, pregunten a los colectivos en cualquiera de nuestros barrios. Aceptemos la evidencia: La participación ciudadana en Málaga está en vías de extinción.
Es descorazonador comprobar como, a fuerza de que se ignoren a las personas y colectivos, la aportación vecinal está en caída libre hacia su desaparición. El equipo de gobierno del PP en nuestro Ayuntamiento está interesado en eliminar testigos de su mala gestión, y para ello no escatima recursos. 
            No nos vayamos a confundir. El hecho de que se abran convocatorias de solicitud de subvenciones y se emplacen a los colectivos, no significa, en absoluto, que las instituciones ciudadanas están inmersas en la toma de decisiones. No, no es así. Para empezar porque los recursos solicitados para realizar programas pueden llegar tarde, mal, y en algunos casos; nunca. Respecto a las reuniones de ciudadanos y colectivos, apenas te descuides un poco se hacen los longuis y no las convocan.  Ah, se siente.
Con todo, lo más desalentador es comprobar como los acuerdos adoptados en los plenos, ya sean de Distrito o de Ciudad, se incumplen sistemáticamente. Participar no es que te informen de lo que ya se ha decidido hacer. En todo caso eso sería una deferencia, pero no una apertura a la aportación. Esto, que es de la lección primera, insisto; no lo entiende así nuestro Alcalde. Y claro, así está el patio; casi todo el entramado asociativo y participativo de nuestra ciudad, disgustado. Y con razón.
            Tiene difícil explicación hablar de participación en nuestra ciudad y justificar que se hayan ignorado más de veinticinco mil alegaciones de ciudadanos contra la subida de los impuestos y tasas. Igualmente, es impensable que los ciudadanos consideremos unos presupuestos representativos y consensuados, cuando no se ha podido intervenir en su elaboración.
            El Señor De la Torre no tiene nombrado ningún concejal de Participación Ciudadana. Quiere hacernos creer que es él quien la lleva directamente en su vertiente política. Se confunde. Con el ánimo de darle relevancia, nuestro Alcalde consigue todo lo contrario. Prácticamente sólo la utiliza, en lo que sería una forma perversa de manipulación, para firmar convenios por un tubo. Quizá con el ánimo de hacer clientelismo, o buscar la desunión entre los colectivos. O como forma de ingerencia cuando se envían cartas en fecha de proceso electoral de éstos con el ánimo de influir en los resultados. No, claro que no se le debe dar esa utilización a un área municipal.
            El ciudadano malagueño no necesita estimulación para aportar su opinión sobre los temas que les van a influir directamente. La política, sin duda, es uno de ellos. Desconozco si en otros lugares son más o menos participativos. Pero el malagueño lo es. Sólo hay que asistir a las primeras reuniones que se les convocan, ya sean de una determinada área, o en las propias Juntas de Distrito. Lo que ocurre, es que al comprobar la inoperatividad de esos foros y que, sistemáticamente sus aportaciones son ignoradas; termina por no asistir a las posteriores. Es lamentable comprobar cómo se citan a los colectivos y se les ofrece una cantidad de datos que la mayoría de las veces suelen ser inconexos y de difícil comprensión. Qué ocurre, pues que al final de la reunión ya no queda ni la tercera parte del aforo con la que empezó.
            Ahora estamos en proceso de elaboración de un nuevo Reglamento Orgánico de Participación Ciudadana. Está bien, dejar constancia por escrito siempre es bueno. Pero no es cuestión de normativa escrita. No al menos, únicamente. Será la actitud con la que se aborden los temas de participación, lo que al final determine si se cree en la interacción ciudadana, o se pasa de puntillas por ella.
            Las AA.VV., de jubilados, del voluntariado. Las peñas, las federaciones, etc., lo que menos necesitan es que se les pongan trabas en su camino. Hay que creer firmemente en ellas. Apoyarlas sin pedir nada a cambio. Lógicamente, nada que no sea el cumplimiento de sus programaciones y que se ajusten a la normativa vigente en materia de justificación de subvenciones, si es que las hay. Pero todo no son ayudas económicas. Hay que estar dispuesto a oír aquello que tengan que decirnos, saber  valorar sus aportaciones y acompañarlas en todo. Claro que sí, en sus jornadas festivas y actos protocolarios, también. Sin duda. Pero que no se nos confunda. Contar con las aportaciones de personas y colectivos va mucho más allá de salir en la foto. 
A ver, pónganse junto al Alcalde. No se muevan... clic. Gracias por su participación.

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