martes, 20 de septiembre de 2011

ENCANTADO DE PODER SERVIRLES (2005)

            Que un concejal escriba unas líneas cuando apenas ha transcurrido un año de la toma de posesión de su acta que le acredita como tal, supongo que no es ninguna novedad. A pesar de ello, espero sepan disculparme este atrevimiento.
Formar parte de una lista electoral en el año 2003 ya fue muy importante para mi y mi familia. Imaginen lo que significó ser acreditado como concejal de una ciudad como Málaga. Mi partido, el PSOE, confió en mi persona para trabajar por nuestra ciudad. Mis compañeros de Churriana también. Y he de decirles que, a pesar de que quizá no esté ofreciendo esa impresión, sigo bastante preocupado. Por numerosas razones, claro. Entre ellas, la que más me obsesiona es la de no estar a la altura de lo que de mi se pudiese esperar.
Muchas personas me han preguntado en estos últimos meses qué es lo que me movió a dar el paso de formar parte en una lista electoral. Ya saben, lo que coloquialmente conocemos por meterse en política. Hay muchas respuestas y todas, seguro, que conocidas y oídas por ustedes: Ilusión, responsabilidad, implicación social... Pero no teman, no llegué acompañado únicamente de esas unidades para afrontar esta nueva etapa.
Durante años he venido realizando mi jornada laboral en la Universidad de Málaga. Un lujo. Allí aprendí muchas cosas, y conocí a mucha gente que han aportado muchos quilates a los valores del compañerismo, la solidaridad, la obligación, el compromiso con nuestros jóvenes y con la sociedad, etc.
Si me lo permiten, y dado que han sido numerosas las ocasiones en las que les echo de menos, quiero tener un especial recuerdo para ellos. Para todo el personal (Docente, de Administración y Servicios  y de las distintas empresas contratadas), de nuestra Universidad en general, y de las Facultades de Psicología y Ciencias de la Educación en particular. Siempre encuentro en ellos ayuda, comprensión y  respeto. Habría que publicar este escrito por capítulos si me pusiera a nombrar a todos los amigos y amigas que tengo en todas y cada una de las Facultades. Desafortunadamente, algunos ya no están con nosotros, pero trabajar junto a ellos significó para mi persona, un fortalecimiento de los valores esenciales. Por supuesto que no todo ha sido un baile de salón. Pero de los momentos menos fáciles, que haberlos los hubo, ya nadie se acuerda.
Les cuento todo esto para que no vayan a caer en la tentación de pensar que un político es alguien que sale de una cueva, que aparece en la escena ciudadana por arte de birlibirloque.  No, claro que no. Somos gente que nos debemos a nuestras profesiones. Ahí es donde está nuestro verdadero marchamo de calidad. O no. Y que durante un período de nuestra vida nos ofrecemos para realizar, durante el tiempo que ustedes estimen oportuno, una labor intensa de servicio público. Espero no defraudarles.
  Mi trabajo ahora está centrado en mi ciudad, Málaga. Junto con mis compañeros y compañeras del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Málaga, estamos luchando por poner a cada distrito, cada barrio, cada zona, como se merece. Con los servicios públicos, la limpieza, la seguridad, la participación ciudadana, la dotación de equipamientos, etc., que una sociedad moderna exige. En definitiva, con la proyección  y la habitabilidad que se merecen. Asimismo, me gustaría tener un reconocimiento a nuestros/as consejeros/as de Distrito, que comisión a comisión, consejo a consejo y pleno a pleno, aportan su tiempo y trabajo en la mejora de los barrios.
En fin, no tengo una varita mágica. Ya me gustaría. Y para colmo, de momento estamos en la oposición -que ya conocen que reduce bastante la capacidad de actuación, por motivos obvios-. Pero esto no mermará nuestra capacidad de reivindicación y trabajo.
Ya saben, los políticos servimos a toda la ciudadanía. Al menos así lo entendemos desde el PSOE.
Lo dicho. Encantado de llevar un año y pico a su servicio.

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