miércoles, 21 de septiembre de 2011

EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX

          Hay quien gusta de confundir la suntuosidad de sus despachos con su valía personal, su capacidad o su preparación. Se creen que por utilizar unos espacios grandes, bien decorados y dotados; ellos, sus inquilinos, ya son unas personas con la cabeza bien amueblada. Falso.
Esta tontería no tendría importancia si el espacio ocupado fuese de propiedad privada. Lo que no es admisible es que se utilice espacio público para aparentar y amedrentar al personal. Máxime cuando el ocupa-aparentador-amedrentador, es un cargo de confianza, nombrado a dedo, y el resto de la tropa son funcionarios que se han partido la mollera  estudiando para sacar una plaza.
Ya les digo. Que te montes con tu pasta y en el salón de tu casa un despacho de mil pares de cajones, no tiene ningún mérito, ni relevancia, de cara a la galería. Eso lo hace cualquiera que tenga el dinero y el salón libre. Lo que le da valor a la cuestión, es que te monten un despacho en edificios públicos (municipales, autonómicos o ministeriales), que cuando lo vea la people se vaya patas abajo. Y por si ocurre esto último, se pone un retrete y punto. Aquí no hay miseria con la plata de los contribuyentes. Y si la taza del inodoro (¿por qué coño se le llama inodoro?), mide de circunferencia dos metros; mejor. Aunque nos llenemos de fu cada vez que la utilizemos. No importa. Taza grande, ande o no ande. Lo interesante es enseñar ese pedazo de water, y que vean que aquí hay poderío y gente importante. Pero si, además, ese espacio se ha conseguido a costa de reducir o directamente suprimir el de otros colectivos de currantes, mejor que mejor. La repolla, vamos. A quién le importa.
Miren, si la tropa tiene necesidad de un espacio para currar con dignidad o  celebrar sus asambleas. Sólo se les garantiza, a medias, el primero. Si luego se quieren reunir para otras cosas, que lo hagan en el bar de la esquina. O mejor, que fijen el orden del día en el camarote de los hermanos Marx. Una vez puestos, donde cabe tanta gente bien pueden entrar algunas más ¿Verdad Groucho? Y es que eso sí que fue compartir espacio. Lo demás son gilipolleces.
Miro una foto de Groucho. Ahí está con su falso bigote y su enorme cigarro puro, sus gafas redondas y esa expresión vivaracha. Creo que quiere decirme algo. Me acerco y me parece oír esto de: "Hay quien no se entera que parte de la nada y alcanzan, merced a un tenaz y provechoso pelotilleo, la más absoluta miseria".
Y usted que lo diga.

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