lunes, 17 de diciembre de 2012

2+20+10…

           
Han llegado veinte más. Seguro que ya están jugando. Los niños/as se hacen amigos rápidamente. Son así. Estos estaban en el colegio cuando los sorprendió otro chico con un arma. Seguramente la había puesto en sus manos una infancia desgraciada que hacía insoportable la felicidad de otros chiquillos. Ahora tendrán nuevos compañeros de pupitre.
Conocerán a aquellos que sobrevivían deambulando entre los desechos de una sociedad que los marginó y que una infección -provocada por el trabajo en el vertedero-, los trajo aquí. Y, seguramente, abrirán los ojos con asombro cuando sepan que otros llevaron un arma al hombro y fueron obligados a disparar contra la gente que conocían de otras aldeas. Y claro, un día ellos fueron el destino de una bala, que otro niño/a de la guerra había disparado -seguramente con los ojos cerrados de miedo; pero cuando una bala sale disparada… Y no podrán creer esas historias de otros niños que padecieron un infierno a manos de sus propios padres.
            Y esto es así desde siempre. No me preguntes por qué. Los niños/as continuamente han sido destinatarios de tremendas injusticias. Muchas, muchísimas de ellas evitables, pero no se hace nada al respecto. Hay algo que está en la propia condición humana que no marcha como debía. Algo falla.
            Tenemos oídos, pero no sabemos escuchar. Podemos hablar, pero no sabemos expresarnos, ni entendernos. Sabemos sentir amor, pero hay quien sólo lo siente hacia lo suyo. Conseguimos leyes, pero hay quien únicamente las acata si éstas le benefician. También podemos ser solidarios, pero terminamos dando limosna con lo que nos sobra. Así que con estos mimbres…
            Por supuesto que hay excepciones. Mucha gente ha entregado su vida para salvar la de otros. Las últimas, hasta este momento, han sido esas maestras que han logrado salvar a unos niños que un loco había condenado a muerte. Un enfermo que habría que considerar si no adquirió la dolencia en su entorno más cercano. Quizá ha vivido desde siempre en un infierno y, lamentablemente, ha querido pagarlo con los más desprotegidos.
Y seguirán llegando niños y niñas que van a morir por falta de alimentos, por las guerras, por la miseria, por el maltrato de una sociedad, por el de sus padres y/o madres…
 Y no me puedo creer que esté escribiendo estos últimos párrafos, con la naturalidad con la que se escribe la lista de la compra para la navidad (no tuve agallas de escribir “para celebrar”).
Pero no me resigno, y quiero gritar que cuando un niño/a sufre o muere por un acto de violencia, todos/as somos responsables. Todos/as los que por acción o delegación, participamos de una toma de decisiones guiadas por una política (incluida la económica), que recompensa al interés privado ante el general, al egoísmo ante la solidaridad, al ocio ante el trabajo, a la sumisión, ante el compromiso…
Se dice -y se acepta no sé por que ley de Murphy-, que el efecto mariposa es una realidad. Ya saben: “El aleteo de una mariposa en Londres, puede desatar una tormenta en Hong Kong”: La teoría del caos. Sin embargo, no estamos dispuestos a darnos por aludidos cuando un niño o niña derrama una lágrima de dolor o soledad: La teoría del mira para otro lado y silba una canción.
            Acaban de llegar otras diez niñas que, mientras recogían leña,  han muerto por la explosión de una mina. Suma y sigue.
¿Que adónde han llegado?  Pues a nuestros corazones, en busca de una esperanza, y a nuestras conciencias, para aumentar el peso de nuestra vergüenza.
 Qué te creías.

martes, 11 de diciembre de 2012

EL DESPRESTIGIADOR DESPRESTIGIADO


            Está claro: El alcalde de Málaga quiere ser Rector de la UMA, y su partido, el PP, lo apoya, -entre otras cosas porque ya no saben cómo quitárselo de encima-. Está obsesionado con que le digan que es magnífico, y hará lo que sea para ello (no sabe que el título que ostentan los/as rectores/as, es de honor y no un calificativo a sus gestiones). De no ser así, no se entienden sus declaraciones contra la UMA.
            En estos últimos días he estado muy atento a las reacciones sobre la metedura de pata del alcalde viajero y de la diputada del puchero; he echado en falta una defensa sobre la vertiente humana de la UMA. En ella trabajan (trabajamos), muchas, pero muchas personas. Y, por si esto fuese poco, por nuestras facultades pasan todos los días muchos miles de estudiantes que vienen a trabajar en sus aulas, espacios de investigación, espacios de convivencia, etc. Aunque sólo sea por esto, no se puede ir a New York, a pregonar que “a la UMA le falta calidad”. O, como dijo la diputada: “Ha tenido que venir esta señora [la actual rectora], a cargarse el prestigio de la UMA. No, ni uno ni otra tienen derecho, ni prestigio, para intentar desprestigiar una institución como la Universidad de Málaga.
            Desde luego que no soy yo quien tiene que salir en defensa de la Universidad o de su Rectora. Ambas lo hacen por sí mismas, con eficacia, prudencia y argumentos sólidos. Y siempre, desde el respeto a las demás instituciones. Además, ya saben: No desprestigia quien quiere, sino quien puede. Pero sí estoy legitimado a defender mi puesto de trabajo. El prestigio de una institución, también es directamente proporcional al que tengan las personas que trabajan en ella.
            Ejercer la política exige mucha prudencia. Por tanto, el fin, no siempre justifica los medios. Estamos en una sociedad que analiza poco los porqué de las cosas. Una noticia, aunque esté deformada por intereses, siempre deja opiniones en los ciudadanos. Y si éstas siembran dudas y sombras, se podrían consolidar en la opinión pública, por lo que si no se reacciona a tiempo, terminan dañando a personas, colectivos e instituciones. Un alcalde y una diputada, gozan de un altavoz más potente que cualquier ciudadano. De ahí el cuidado que se ha de tener a la hora de calificar comportamientos y gestiones. Además, se les supone (como el valor a los soldados), el don de la prudencia y la ecuanimidad (del de la transparencia podríamos hablar otro día).
A las Universidades se las selecciona por su prestigio. La nuestra -por más que les pese al tándem: alcalde-diputada-, lo tiene más que ganado. Y gracias a él, es por lo que la UMA está en continuo crecimiento, es receptora de muchos estudiantes de fuera, y está a la vanguardia en formación, docencia, innovación e investigación. Por tanto, una Universidad de garantías. Con cosas mejorables; por supuesto. Como todo. Pero gracias a esta magnífica institución, muchas familias malagueñas podemos llevar un sueldo a nuestra casa, que aunque éste no nos da para muchos viajes tras el Papa de Roma, sí es suficiente para vivir y cocinar algún que otro caldito del puchero. Eso sí, con un hueso que sea de cerdo y no de vaca loca.
Ay, mon Dieu, si es que hay quienes se labran su propio desprestigio, inventando el de los demás.

lunes, 26 de noviembre de 2012

LA NORIA NO ES UN GUETO


A estas alturas uno debería estar inmune a la lectura de titulares más o menos impactantes. Primero, porque últimamente casi todos son para anunciarnos algo que ya nos está jodiendo o nos va a joder en breve. Y segundo, porque luego, en el desarrollo de la noticia, resulta que no es para tanto y la sangre no llega al río. Pero cuando lees algo relativo a tu entorno más cercano; los sistemas de atención y alerta se activan a modo prioritario. Y esto mismo ha ocurrido hoy cuando he leído en un medio de comunicación que “Churriana alerta del gueto en el que se ha convertido el barrio de La Noria”. Porque no, no es cierto. Por supuesto que la barriada de La Noria, en su totalidad, necesita de mucha más atención municipal y de todo tipo; pero de ahí a que sea una zona marginal, va un trecho.
Hay que tener mucho cuidado cuando de calificar se trata. En política, como en la vida misma, no todo vale con tal de sacar alguna tajadilla o de tener un minuto de gloria. Las personas, hombres, mujeres, niños, niñas, abuelos, abuelas… que viven en La Noria (Churriana), no se merecen  que su entorno vital sea calificado de gueto. ¿Es un gueto una barriada cualquiera de Málaga, por el hecho de tener pintadas, estar falta de suciedad, tener el mobiliario urbano con destrozos, estar falto de papeleras o contenedores de basura? Si es así, Málaga entera lo es.
Insisto, en la barriada hay muchas cosas que solucionar por parte de los poderes público, pero La Noria, no es un suburbio en el que viven personas marginadas por la sociedad. Imagino la cara de sorpresa e indignación de los vecinos cuando hayan conocido lo que se dice de ella.
He tenido el enorme privilegio de ser concejal de nuestro Ayuntamiento de Málaga. Esto, unido al que supone ser hijo de churrianeros, de tener hijos que llevan prácticamente toda su vida en Churriana y de vivir en Churriana, me permitió trabajar por Málaga en general, y por Churriana en particular, desde la política activa y durante el período de tiempo que mi partido y mis compañeros de Churriana consideraron oportuno. Luego, según ellos, hubo que buscar un  recambio que trabajara más y mejor. Así que yo, con mi correspondiente patada en el culo, me volví a mi trabajo. Pero mientras pude, fueron muchas las propuestas, visitas y arreglo de citas de colectivos vecinales con otros organismos, que tuve oportunidad de hacer, con el objetivo de buscar mejoras para la zona, las viviendas y, por supuesto; para su gente.
He visitado viviendas, arroyos, aceras (incluso las que no existen, o en esas que si vas despistado por ellas te pegas con un poste de la luz), bares, pista deportiva, zona verde… Y nunca, nunca, encontré a gente marginada. Sí gente humilde y trabajadora. Gente reivindicadora. Gente preocupada por su futuro y el de sus hijos/as. Pero nunca vi a gente marginada.
La humildad y la reivindicación no son sinónimos de marginalidad. Por el contrario, las descalificaciones y buscar provecho político, o de otro tipo, de las necesidades de la buena gente, sí son propias de politiquillos del tres al cuarto. Ni que decir tiene que, no hacer ni caso de las necesidades ciudadanas y establecer zonas de la ciudad que serán más atendidas que otras -tal y como hace el gobierno municipal que tenemos desde hace muchos años en nuestra ciudad-, es cosa de políticos malos. Pero de solemnidad.
La Noria -concluyo-, es una barriada necesitada de servicios ciudadanos que la doten de seguridad y bienestar. Igualmente necesita de apoyos para que, según casos, las personas más jóvenes no estén abocadas a un futuro poco prometedor. Etc. Pero eso se consigue con el trabajo de su gente, el apoyo de los poderes públicos y el respeto de todos. El mío, desde luego, hace mucho tiempo que lo tienen.
Conozco a mucha gente de La Noria y, por mucho que se empeñe este Ayuntamiento en ignorarlos, ellos no van a permitir que sus hijos/as vivan en un gueto. Faltaría más.

jueves, 8 de noviembre de 2012

LAS ALBÓNDIGAS DEL IKEA


Pues mira por donde que andaba yo rondando los vocablos que debía de unir para decir algunas cosillas, cuando cae en mis manos un tema del que no hay que dejar pasar ni un minuto para analizar.
Pensaba -y pienso-, escribir algo sobre las palabras de Pepe Griñan. Sí, esas en la que dice que el problema del PSOE, no es de ideas; si no de personas (“de improntas o de la personalidad que tenga una u otra persona”). Quizá se refería a las personas que, dentro del partido, anulan a quien osa expresar que las cosas hay que hacerlas de otra forma. O de las que van por ahí prometiendo cositas a cambio de apoyos. O de las personas del partido que, sin dar un palo al agua, llevan toda la vida viviendo del muñido. O de la inmensa mayoría de personas afiliada al partido que está demandando un cambio radical para volver a presumir de honradez. Y, por supuesto, sobre eso de que “no debe ser el secretario general (refiriéndose a Rubalcaba y las primarias), sino un candidato más en competencia legal con todos los demás”. Tendrá que explicar en otro lugar, qué entiende él sobre eso de “competencia legal con todos los candidatos”. En Málaga, lo sabemos. Pero ya les digo, eso será para un próximo artículo. O no. Igual ya está dicho todo.
Igualmente, pensaba escribir sobre otras cuestiones que me llaman la atención. Como aquél cocinero que con su pulcro uniforme y subido a una bicicleta, adelantaba a todo un pelotón de ciclistas que, camino de Ardales, disfrutaban de una jornada cicloturista. Sin duda, el cocinero era el único que tenía que llegar a tiempo al control de su jefe de cocina. De eso dependía su trabajo y por eso llegó el primero. Vestido de cocinero, sí. Pero el primero del pelotón.
Pues eso. Les decía que andaba yo en estas vicisitudes literarias, cuando leo en el Facebook una noticia que me deja helado. Más o menos viene a decir que, en este país hay muchas, pero muchas, criaturas que se alimentan con las albóndigas y los perritos que cocinan en Ikea. Estas criaturas no van a los almacenes suecos a comprar muebles ni complementos. Van a quitarse el hambre en el que (unos más que otros), les hemos metido.
Joder, creo que es de las noticias más tristes que he leído últimamente. Resulta que por cuatro o cinco  euros  puede cenar una familia completa. Además puedes variar el menú: un día comes perrito o albóndigas; y al otro; albóndigas o perritos. El café, si tienes la tarjeta, gratis. Y los refrescos recargables. Dicen que hay quien rebusca en las papeleras del restaurante algún vaso vacío para servirse un refresco.
Y es que eso funciona así. En Ikea, si pagas por un refresco, tienes derecho a rellenar el vaso tantas veces como quieras. Sólo tienes que tener un vaso específico para ello. Mi mujer y yo hemos ido, claro que sí, a pasear o comprar a Ikea y, de paso, tomarnos una ración de oferta. Confieso que como tengo la tarjeta, y por tanto el café  gratis, he rellenado el vaso con refresco. Porque eso de tomarse un plato de albóndigas suecas con puré de patatas con un café… Como que no.
Pero ahora resulta que muchas criaturas no van al restaurante de  Ikea porque pasaban por allí. Van únicamente -familias enteras también-, a quitarse el hambre por un precio que no tiene competencia. Incluso se les ve dando paseos hasta las cinco de la tarde que es cuando empieza la oferta culinaria.
No tengo ni idea de por qué siempre me han caído bien los ciudadanos de Suecia. No creo que mis años por la costa del sol tengan nada que ver en mi buen concepto de ellos. Pero lo que sí les aseguro es que ahora me caen mucho mejor.
Desde luego, cuando tenga que comprar una cajonera o algún mueblecito necesario, juro que iré a Ikea. Todo, para que no dejen de cocinar albóndigas y perritos.
Al menos, mientras en este país sigamos teniendo esta inutilidad de gobernantes. Gracias Ikea.



miércoles, 3 de octubre de 2012

SPAIN, VERY, VERY BRAVE



Desde luego que hay que tener tripas sin estrenar para decir que las decisiones tomadas por el gobierno español, son “muy, muy valientes”, o que “el tijeretazo es un paso importante”, o que son “impresionantes”, por citar algunas; como ha dicho la Sra. Lagarde, la Comisión Europea y Alemania, respectivamente.
Está claro, hay que reducir el déficit y hay que deslomarse para buscar fórmulas que creen empleo. No digo trabajar para ello; digo deslomarse, que es lo que hicieron la mayoría de nuestros abuelos/as, padres y madres para dejarnos una mejor calidad de vida.
Por supuesto que tengo mi teoría (y certeza), de por qué nos encontramos en la situación que estamos, pero su relato sería objeto de otro análisis. Me quiero referir a esos mensajitos que, a modo de lluvia calaera, nos van llegando desde otras personas que -mejor para ellas-, no tienen el mínimo problema económico para llegar a fin de mes, a fin de año, y, en algunos casos, hasta el fin de sus días.
Qué saben los piones europeos sobre tener que hacer cuentas, día a día,  no ya para llegar a fin de mes, sino que para cuando llegue ese día fatídico, se haya podido esquivar el corte de luz, de teléfono, o la carta del desahucio. Qué sabrán ellos cuando sólo conocen sus sueldos impresionantes. Y, sin pudor alguno, me salen con esas lindezas sobre lo bien que lo estamos haciendo y lo valientes que son sus amigos y colegas de sueldo españoles. Pues no, mire usted; no.
Ser valientes hubiese significado, no haber mirado para Lebrija cuando la burbuja inmobiliaria se inflaba. Haber controlado el sistema de concesión de créditos que nuestros bancos y cajas de ahorro pusieron en práctica. No reelegir a aquellos gobernantes que nos estaban endeudando hasta los ojos. Poner en práctica un plan antifraude serio y efectivo. No permitir que la banca se reparta una pasta entre sus dirigentes… Y, por supuesto, haber metido en el talego a todo aquel que haya sido condenado por beneficiarse del dinero público, previa exigencia de devolución al pueblo, de la pasta despistada hacia sus bolsillos.
Así que, esto de decisiones valientes ahora; nada de nada. No hay que ser nada valiente para dejar a los abuelos, funcionarios, amas de casa, discapacitados, niños, jóvenes, padres de familia, etc., sin unos recursos que les pertenecen. Para hacer eso lo que hace falta es ser  mezquino e inútil. Claro que la mezquindad y la inutilidad, en este caso, tienen carácter retroactivo. Pero, ojo, que lo que hay que hacer ahora, también hubo que hacerlo en el pasado. Que cada palo aguante su vela.
¿Dónde estaban estos europeos acuñadores de frases vacías hace unos años? Por qué no dijeron que había que ser valientes y acometer tal o cual reforma. Sencillamente porque no tenían ni puta idea de lo que se nos venía encima. Ni ellos, ni los nuestros.
¿Quieren hablar de valentía? Pues les presento a la familia Pérez, que, con la pensión de su abuelo, malviven en una vivienda social de 50 metros, porque el paro y el banco les han quitado su casa. Y como ellos, miles y miles de familias que en este país de mierda se tienen que tragar las lágrimas que les produce la situación que les ha tocado vivir.
¿Spain, very, very brave? Y una mierda. El día que seamos valientes aquí se forma la de dios.

lunes, 24 de septiembre de 2012

DICIEMBRE 2011

Se acaba.
      Solo queda un vago
                recuerdo de cuando
                          empezo.

Y, día a día;
     se va apagando


Egoismo diluido
Amigos lejanos,
la misma lluvia,
el mismo color,
el mismo sol.
      Yo no soy el mismo.

Casi solos,
un casi muy grande.
       Tengo amor, claro.
             Pero ya no me tengo
                                     a mi



miércoles, 18 de abril de 2012

LA RULETA DE LAS FLECHAS

Sí, a veces la vida se empeña en darte un golpe de los que cuesta reponerse. A veces, incluso ni te llegas a recuperar del todo. Pero no, no tema porque hoy haya sido yo el receptor de uno de esos golpes. Aunque algunos ya llevo recibidos. Ley de Vida dicen. Únicamente me ha dado por cavilar en esta cuestión, o quizá ande un poco depre y me ha dado por tener estos pensamientos tan poco ilusionantes. Sea como fuere, la realidad es que esta situación que nos toca afrontar, de vez en cuando, se nos pone muy cuesta arriba.
A mi edad, ya son muchos (más de uno ya son muchos), los amigos que se han marchado a destiempo -si es que alguna vez es a tiempo-, y me han dejado aquí. Pero tampoco esta reflexión quería ser un recordatorio de la gente que conocí y ya no están aquí. Pretende ser más amplio. Además, no hace falta abandonar el mundo de los vivos para que te veas afectado por uno de esos golpes traicioneros.
No sé quién es o qué es, lo que se empeña en lanzar a diario esas flechitas invisibles de (como decía un amigo mío), la ruina negra. El caso es que, si resulta que tú pasabas por allí, date por jodido. Y si le toca a quien está a tu lado; estas jodido igualmente. Incluso puede que tú seas de esos que, igualmente, te ves afectado al saber que alguien, que no conoces personalmente ni conocerás, ha sido receptor de esas flechas que no son de las que cantaba Karina. Además, en lo que es el colmo de la mala suerte, la desgracia o la injusticia divina (?), hay quien ya nace con la flechita de los cojones, perforando su piel -aunque en estos casos los dardos presentan una manifiesta querencia por aquellas que no son blancas-.
Vemos como pasa nuestra vida (y la de los nuestros), sin más que confiar en que tengamos ese escudo invisible que nos resguarde de una de esas saetas envenenadas. Quizás tanto escondernos en el broquel nos impide ofrecer algo de ayuda a los demás. Y es que, no todas las flechas tienen un veneno irreversible, ni son fulminantes.
Un saludo, unas palabras de ánimo, una pequeña ayuda… hasta una felicitación de santoral (puede que no nos acordemos del día de cumpleaños de alguien, pero sí sabemos como se llama), o cualquier otra acción de este tipo, puede suponer un gran alivio para una de esas personas que tuvo la mala fortuna de ser alcanzado con un número negativo en la ruleta de la vida.
Hasta aquí nada nuevo. Palabras y palabras que se han repetido a lo largo de la historia demasiadas veces. Esto es lo que me repatea realmente; ser uno más de los que habla y habla, y no actúa.
Y es que, desde luego que hay quién, día a día, se dedica a rifar flechas señaladoras de golpes duros. Pero también, entre flecha y flecha envenenada, lanza muchas más con dosis de  indiferencia. El día que se hagan visibles, veremos muchos culos perforados.
Entre ellos, el mío.

viernes, 16 de marzo de 2012

LA INCOMPETENCIA DE LOS COMPETENTES

Haga memoria. Seguro que en alguna ocasión se ha encontrado con el siguiente escenario: Una gestión inexistente o muy mala en su ámbito vecinal o laboral que, previa comunicación al correspondiente departamento, al final fue usted quien tuvo que intervenir. Además, sin que le significase un enorme esfuerzo. Digamos que era una situación fácil de solucionar. Sólo había que ponerse manos a ello. Y usted cometió la osadía de hacerlo.
Claro que sí, recuerde. Es como cuando su vecino se encaró con usted diciéndole que su perro (el de él), hacía sus necesidades en la acera, en tanto en cuanto, el municipio, no le instalara un pipi-cam a la puerta de su casa. ¿No se acuerda de que le dijo que, bueno, pero que mientras le instalaban el pipi-cam, la comisaría, el centro de salud, el instituto, el colegio, la Universidad, el polideportivo, la parada del metro, la del autobús, el cortinglé y hasta el carrefú; junto a su portal  -tal y como había solicitado-, llevara una bolsita y recogiese lo que su perrito dejaba en la vía pública? Este ciudadano había condicionado su obligación cívica, a que los competentes para ofrecerles lo que pedía, hicieran su trabajo. Que, dicho sea de paso, no era el hacerle creer que todo lo que se pedía se lo iban a poner al alcance de la mano; sino decirle que eso era una barbaridad y que, para empezar, recogiese lo que su perro ensuciaba. Y luego, ya veríamos.
 En fin, todo esto para decirles que el sujeto del chucho se sentía legitimado a dejarnos el regalito en la acera, ya que la incompetencia del municipio y sus regidores (que son los competentes para ofrecer las soluciones), no propició que este individuo tuviese las cosas claras respecto de sus obligaciones. Se veía fortalecido por la incompetencia de los competentes. Un lio.
Y si no que se lo digan a mi amigo Manolo, que después de 30 años en la empresa, ahora se ve en la puta calle y haciendo currelos esporádicos a sus casi 60 tacos. Manolo llegó el otro día a una empresa de venta al público, para realizar labores de limpieza, con un contrato de 2 semanas y lo primero que se encontró fue un contenedor medio lleno de residuos tóxicos y peligrosos, ubicado en zona de paso de personas. Pero por mucho que preguntaba a los responsables, ni dios le dio la solución, pero sí le decían que la retirada estaba pendiente de la firma -por lo visto desde hacía mucho tiempo-, de no sé qué.
 Mi amigo buscó ayuda y depositó el material tóxico en un contenedor municipal al efecto -que estaba en la calle, a pocos metros del comercio y hasta la bola de residuos-. Luego tuvo la osadía de, telefoneando al área municipal pertinente, solicitar un contenedor de esos, más cerca de la empresa en la que estaría trabajando los próximos 15 días. Pero no para él; para que se quedase allí que, visto lo visto, haría falta. Y ahí quedó la gestión de Manolo. Chapeau.
Un par de semanas más tarde, cuando fue a recoger el finiquito, me cuenta que le dijeron respecto de su gestión medio ambiental: “Bueno a pesar de que hiciste aquello con los residuos tóxicos, lo dejamos así; pero, para otra vez, te recuerdo que la competencia en esta materia es nuestra”.
Pero eso ya lo sabía. La competencia -estaba claro-, era de los incompetentes. Así que Manolo, con la media sonrisa que a sus años las gilipolleces le dibujan en su cara, y echando un guiño al recipiente vacío, se volvió a la cola del paro.

jueves, 15 de marzo de 2012

C,D,E… (Breviculo 1)

        
Antecedentes: Hubo una Delegada Municipal (cargo con rango de concejal, pero sin tener que pasar el fielato de unas elecciones. Es decir, nombrada a dedo), en el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Málaga, que se solicitaba y concedía, ella misma -toma ya.-, subvenciones, para asuntos más o menos festivos-equinos- rocieros. Aquí nació el primer brevículo.
La concejala digitalizada del Alcalde, hasta el momento, no ha dicho ni pío. Se conoce que tanta subvención, sufragada por los contribuyentes, terminaban en fiesta, y por lo que se ha formado, también cante. Y, ya saben, eso de los saraos deja la garganta fatal.  
            Realmente no sabemos si no quiere hablar, no ha querido explicar, o no ha tenido espacio para ello. El Alcalde ha dicho tantas cosas -aunque nada a la altura de lo que se le supone-, que igual la Delegada no ha tenido un hueco ni para decir: Arre caballito.
            Le guste o no, a la Sra. Delegada la han pillado haciendo algo que no debe hacer un cargo público: solicitarse, validarse y concederse unas pesetillas para su asociación. Y eso, no es concurrencia competitiva. Ni es compatible, ni es moral; se ponga al Alcalde como se ponga.
            La careta de éste se está cayendo. Tenía fama de buen gestor, cuando en realidad sólo es un buen confrontador y encantador de serpientes. Sólo hay que mirar los barrios para comprobar que en Málaga hacen falta más proyectos de ciudad y menos fiestas privadas pagadas con dinero público. Este Gobierno Municipal ya ha perdido a un Concejal y pronto lo hará una Delegada.
            Vamos por orden alfabético. Lo próximo en caer será, porque así lo decidirán los malagueños/as, el Equipo de Gobierno.

BREVICULOS

Pues miren por donde, yo pensaba que la palabra brevículo, como tal, no existía; pero resulta que sí. Al menos en su singular. “breviculo quidem tempore refectos ociter reducunt.”. Dijo, Lucio Apuleyo, en La Metamorfosis o El Asno de Oro. Pero no, no van por ahí los tiros. Como dice un amigo mío: Luis el Latín, tampoco es lo tuyo.
Yo me refiero a que creí haberme inventado un palabro que fuese significativo de lo que pretendía hacer. Y esto era, un artículo breve. Ya sabe, por aquello de la falta de tiempo, de que hay que currar y que para escribir, siempre hay que buscar el momento adecuado. Al menos los malos escritores como yo. Así que: Brevículo.
Como todo lo que suelo hacer, lo inicié con mucha ilusión, pero luego… Qué les voy a contar a ustedes de esto que ya no sepan, eh?
El caso es que, una de mi única seguidora en este blogs, me dio ayer un tirón de orejas por no actualizarlo más a menudo. Y yo, todo sonrojado le hablé de aquella opción del brevículo. Que, al menos en teoría, tendría más tiempo para redactarlo que un artículo algo más largo.
Así que, aquí lo dejo. Intentaré ponerme al día entre artículos y breviculos.
            Se admiten apuestas.

martes, 24 de enero de 2012

PROHIBIDO LAVARSE LOS PIES... Y LAS MANOS

            Tengo la manía de ir observando todo aquello que me rodea. No digo que sea un tipo muy espabilado. En absoluto. Pero sí observador. Algo es algo. Así que, por esta circunstancia, me suelo encontrar cuestiones que son, cuando menos, algo raritas.
            Resulta que no hace muchos días entre al baño de un bar de estos que se consideran, de carretera, y entre las muchas cosas que llamaron mi atención hubo una que me puso a cavilar: Un folio con un texto escrito en francés, que pegado al espejo del lavabo anunciaba la prohibición de lavarse los pies (interdit laver leurs pieds). Debajo de la escritura mecánica, a bolígrafo, alguien había escrito una frase en árabe. Ni idea de si era la traducción del texto, u otra cosa. Yo también me quedé con las ganas de escribir algo en español. Y no precisamente lo que significaba aquello.
 Y digo yo que si tanta gente se lava los pies en ese bar como para poner un cartel prohibitivo ¿No sería mejor instalar un sanitario adecuado para ello? ¿Qué pretenden, que laven sus pies en la taza del inodoro? Poner un cartel con esa prohibición, en mi opinión y en el mejor de los casos, sólo consigue dos cosas: cabrear a aquellos que su religión les obliga a realizar sus abluciones, y quitarnos las ganas de usar el lavabo a aquellos que no tenemos que hacerlas.
Así están las cosas. Hay quien gusta de, a base de prohibir en lugar de resolver, no adaptarse a la realidad.
Ignoro la efectividad del folio sobre el espejo del lavabo respecto de los usuarios que se lavan los pies. Será cuestión de preguntarles un día de estos a los propietarios del bar. Y si, por casualidad, hubiese surgido efecto, propongo que en los aseos de todos los bares, hoteles, transportes públicos, centros oficiales, ayuntamientos, diputaciones, ministerios, sindicatos, partidos políticos, asociaciones…, y que son usados por aquellos que han tenido, o tienen la responsabilidad de gobernar, dirigir o gestionar; se pongan folios en los espejos de los lavabos que contengan la siguiente leyenda: Prohibido Lavarse las Manos.
            Así están las cosas. Hay quien gusta de, a base de emular a Pilatos en los pulcros aseos del poder, no adaptarse a la realidad y dimitir por el bien de todos