miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL ESPADACHÍN DESBOCADO

            Imagínese la situación: Seis y media de la tarde. Barrio de la Luz. Cafetería-Churrería y, sobre la mesa, un chocolate y tres churritos. Una tarde perfecta de no haberme dado por repasar la prensa del día. Casi se me atragantan los churros. Y todo, porque Cayetano Martínez de Irujo y Fits-James Stuar -que es una persona, pero también tiene nombre para otra-, le dio por emular al sicario majaron Josep Antoni Durán y Lleida -que es una persona, pero también tiene nombre para una provincia en la que no nació-.
Total, que el duque y el sicario de la realidad, están en perfecta sintonía: Los dos contra los andaluces. Largando contra nosotros; uno desde su salón en el hotel, y el otro desde el cortijo. Todo un ejemplo de austeridad y autoridad, para piarla sobre los subsidios que pueden percibir nuestros jóvenes. Hay que tener cara y poca vergüenza.
            Realmente me importa un pepino el tal Cayetano. Y del asunto de las críticas sobre las subvenciones a andaluces empiezo a estar un poco harto. Pero claro, si a un foráneo me tomé la trabajera de escribirle unas letras. Cómo no hacerlo con alguien que come por la misma tierra y, además, recibe subvenciones de los andaluces.
            No quedó ahí la cosa con el jinete, hasta tal punto que dijo que le hubiese gustado vivir en la Edad Media, y se lamenta de que ahora no pueda dirimir sus afrentas judiciales con una espada como entonces hacían sus antepasados. Uf, casi nada. Afortunadamente no se pronunció sobre el derecho de pernada. Igual termina reivindicándolo como supuestamente podrían haberlo consumado sus ascendientes. No, no creo que lo haga. No obstante, si echa en falta los desafíos a espada de aquéllos, yo me ofrezco a batirme en duelo aquí y ahora. Solo que -tal y como hacían mis antepasados y seguimos haciendo sus descendientes-, iré con la horca de madera que se usaba para volver la trilla para parar los golpes de su espada, y la palabra para dirimir las posibles afrentas.
            Mención aparte tendrían las respuestas que, desde el ámbito político, se le ha dado a esta metida de pata de caballo. No se le puede decir al hijo de la duquesa de Alba que esa es la imagen que se ve de Andalucía cuando se mira desde lo alto de un caballo. O acusarlo de no haber dado nunca un palo al agua. O a querer retirarle a su madre el título de hija predilecta de Andalucía. No, no vayamos a mezclar las churras con las merinas.
El dislate del afortunado duque lo califica. Así que, a palabras necias; oídos sordos. Bastante problema tiene el cortijero, con no ver, aunque sea subido a un caballo, que Andalucía, a pesar de gente como él, es pionera en investigación con células madre. Que los sistemas de transporte están a la vanguardia mundial. Que la investigación con energías renovables es puntera y solicitada por todo el planeta. Que somos los primeros en solidaridad y donación de órganos… Por supuesto, tenemos que seguir mejorando y creando empleo.
            Dejemos que siga sin dar un palo al agua, y de paso, que tampoco se los de a los caballos, y, también, que la duquesa siga siendo hija predilecta de Andalucía.
            En definitiva: Resignémonos a que siga siendo un hijo, de una hija predilecta, con tal de que abandone la postura del espadichín desbocado.
Sooo Cayetano.