miércoles, 3 de octubre de 2012

SPAIN, VERY, VERY BRAVE



Desde luego que hay que tener tripas sin estrenar para decir que las decisiones tomadas por el gobierno español, son “muy, muy valientes”, o que “el tijeretazo es un paso importante”, o que son “impresionantes”, por citar algunas; como ha dicho la Sra. Lagarde, la Comisión Europea y Alemania, respectivamente.
Está claro, hay que reducir el déficit y hay que deslomarse para buscar fórmulas que creen empleo. No digo trabajar para ello; digo deslomarse, que es lo que hicieron la mayoría de nuestros abuelos/as, padres y madres para dejarnos una mejor calidad de vida.
Por supuesto que tengo mi teoría (y certeza), de por qué nos encontramos en la situación que estamos, pero su relato sería objeto de otro análisis. Me quiero referir a esos mensajitos que, a modo de lluvia calaera, nos van llegando desde otras personas que -mejor para ellas-, no tienen el mínimo problema económico para llegar a fin de mes, a fin de año, y, en algunos casos, hasta el fin de sus días.
Qué saben los piones europeos sobre tener que hacer cuentas, día a día,  no ya para llegar a fin de mes, sino que para cuando llegue ese día fatídico, se haya podido esquivar el corte de luz, de teléfono, o la carta del desahucio. Qué sabrán ellos cuando sólo conocen sus sueldos impresionantes. Y, sin pudor alguno, me salen con esas lindezas sobre lo bien que lo estamos haciendo y lo valientes que son sus amigos y colegas de sueldo españoles. Pues no, mire usted; no.
Ser valientes hubiese significado, no haber mirado para Lebrija cuando la burbuja inmobiliaria se inflaba. Haber controlado el sistema de concesión de créditos que nuestros bancos y cajas de ahorro pusieron en práctica. No reelegir a aquellos gobernantes que nos estaban endeudando hasta los ojos. Poner en práctica un plan antifraude serio y efectivo. No permitir que la banca se reparta una pasta entre sus dirigentes… Y, por supuesto, haber metido en el talego a todo aquel que haya sido condenado por beneficiarse del dinero público, previa exigencia de devolución al pueblo, de la pasta despistada hacia sus bolsillos.
Así que, esto de decisiones valientes ahora; nada de nada. No hay que ser nada valiente para dejar a los abuelos, funcionarios, amas de casa, discapacitados, niños, jóvenes, padres de familia, etc., sin unos recursos que les pertenecen. Para hacer eso lo que hace falta es ser  mezquino e inútil. Claro que la mezquindad y la inutilidad, en este caso, tienen carácter retroactivo. Pero, ojo, que lo que hay que hacer ahora, también hubo que hacerlo en el pasado. Que cada palo aguante su vela.
¿Dónde estaban estos europeos acuñadores de frases vacías hace unos años? Por qué no dijeron que había que ser valientes y acometer tal o cual reforma. Sencillamente porque no tenían ni puta idea de lo que se nos venía encima. Ni ellos, ni los nuestros.
¿Quieren hablar de valentía? Pues les presento a la familia Pérez, que, con la pensión de su abuelo, malviven en una vivienda social de 50 metros, porque el paro y el banco les han quitado su casa. Y como ellos, miles y miles de familias que en este país de mierda se tienen que tragar las lágrimas que les produce la situación que les ha tocado vivir.
¿Spain, very, very brave? Y una mierda. El día que seamos valientes aquí se forma la de dios.