lunes, 10 de octubre de 2011

JO.D.T.

A veces, muy de tarde en tarde, me gusta sentarme frente al televisor. Supongo que inconscientemente elijo el mismo día y la misma hora. De lo contrario no me explico que siempre vea el mismo panorama: Una pechá de anuncios, que son interrumpidos, de vez en cuando, por alguna película o programa.
El departamento de administración y contabilidad de las cadenas televisivas debe de ser como un gran aparato digestivo con Tenia incluida. Por tanto, para alimentar ese cuerpo no hay más remedio que contratar publicidad por un tubo. Es tal la cantidad de anuncios, que cuando reanudan la programación hay que volver a contarle a la abuela de qué iba la cosa. En fin, esto de la televisión no tiene enmienda. Si es pública son demasiados y si es privada, son muchos. En  la radio ocurre tres cuartos de lo mismo, si no recorres por lo menos treinta kilómetros diarios hasta tu lugar de trabajo no te enteras de una noticia.
Al margen de consideraciones más o menos exageradas, supongo que estarán de acuerdo en que la cantidad de anuncios es excesiva, y también en que, por mucho que nos quejemos no nos van a hacer ni puto caso. Así que, si me lo permiten, les recomiendo la lectura. Pero si es la opción de la caja tonta -ya quisiera ser tan tonto como ella-, la que elegimos, dispongámonos pues a disfrutar con las cosas que nos ofrecen, aunque sean anuncios. Pero eso sí exijamos, al menos, que éstos lleven un poquito de orden y claridad.
 Es decir, no me digan que no tiene guasa que tras una cuña publicitaria radiofónica de la Dirección General de Tráfico, en la que nos recuerdan el uso moderado que debemos de tener con la velocidad, nos coloquen otra que diga: “corre, corre...”. O esos galimatías que algunas marcan de vehículos han puesto de moda: el modelo viene equipado con ABS, TCS, EDS, GTP, SDI y ETC.
Miren, yo no dudo que el modelo en cuestión lleve todas esas cosas, y muchas más si le caven dentro. Lo que llega a repatear es que no expliquen lo que significa cada cosa. A este paso, pronto nos dirán que además de todo lo anterior, el modelo que hemos elegido lleva incorporado: RDR, SPS, VPC y PDF. Lo que traducido al castellano significa que ese vehículo lleva: Rueda de repuesto, sillones para sentarse, volante para conducir y pedal de freno. Ridículo. Pues eso.
Hay algunas curiosidades más: El del anunciante que paga más por emitir su cuña publicitaria en un programa de máxima audiencia, para luego terminar diciendo “pero no se lo digas a nadie”. Vamos, para pegarse un tiro en un pelo. En fin, no sé dónde vamos a parar entre tanto anuncio y tanta sigla.
Por cierto, ya que hablamos de siglas. Saben ése de los dos señores que se encuentran, y uno dice: “me he comprado Citroen, T.D.I.” A lo que el otro le contesta “Ah sí, pues yo me compré un Mercedes, JO.D.T.”
            Si esperan, después de la publicidad les cuento otro.

1 comentario: