lunes, 21 de noviembre de 2011

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

            Recuerdo aquella historia en la que un señor lleva el coche al taller por un problema que le impedía usar el vehículo ese día. El mecánico se lo soluciona al instante con la ayuda única de un destornillador.
-Cuanto le debo -preguntó el cliente con cara de satisfacción-.
-15 euros- fue la respuesta-.
Pero un cambio en el semblante de aquél le indicó que no le debió parecer bien esa cantidad por sólo hurgar en un tornillo. Así que ante esta reacción, el mecánico explicó:
-Mire usted, trastear el tornillo es gratis. Le cobro por mis conocimientos sobre qué tornillo había que ajustar para solucionar la avería.
            El conductor anterior podría haber dado con un taller en el que le meten el coche en una máquina sofisticada para un diagnóstico fetén, y le cobran una pasta por, al final, apretar el mismo tornillo. Pero como lo dijo la máquina, ya no parece un atraco. En el peor de los casos, podría haber dado con un taller en el que, de entrada, le dicen que tiene que dejar el vehículo, y luego su tarjeta de crédito. Sin embargo, quien solucionó el problema de forma rápida, barata y eficaz, fue juzgado como un vulgar timador.
Reflexionemos sobre ello. Cuánto valoramos nuestro trabajo y qué baremo aplicamos al de los demás. Es como si, a excepción del nuestro, todos los demás los puede ejecutar cualquiera. Así que, de esta percepción a reestructurarlo debilitándolo, o privatizarlo, hay un pequeño paso. Y no es así. Las cosas, ya saben, no son lo que parecen. No todos valemos para todo. Algunos ni siquiera valen para algo. Pero eso es otro cantar.
Por ejemplo: No todo el mundo es competente para estar en un servicio de cara al público. Estos servicios, en contra de la dinámica general que trata de erradicarlos, son básicos en la estructura de una organización, ya sea pública o privada.
 Indicar, orientar, escuchar, interesarse, solucionar, ayudar…, no es una actividad que esté al alcance de cualquiera. No todo el mundo está preparado  para estar continuamente atendiendo a necesidades de los demás. Pero sí hay muchísima gente que,  formada para ello, la realizan a diario de forma magistral. Sin embargo, este tipo de actividad, cada día más, tiende a desaparecer. Quién no ha tenido una experiencia telefónica de esas, en las que te hacen gritar en plena calle el motivo de tu llamada, y terminas suplicando: No. Noooo. Masturbación, no. Facturación. Fac-tu-ra-ciónnn.
Sí. Les decía que no todo el mundo es apto, ni está preparado, para hacer de todo. Hay que tener la preparación suficiente (como nuestro amigo el mecánico), para saber el resorte que hay que trastear. Y eso, ya es profesionalidad. Y esta máxima (es de Perogrullo), se hace extensiva para toda actividad.
Todo el mundo sabría abrir una puerta; pero no qué puerta y en qué momento hay que abrirla. Cualquier persona podría entregar en préstamo un ordenador; pero no bajo qué condiciones hay que hacerlo y, además, asesorar sobre su funcionamiento. Todo esto se puede extrapolar a muchas más cosas: Manejo de ordenadores, franqueo de correspondencia, conocimiento del funcionamiento del organismo, capacidad de solución momentánea de situaciones  imprevistas, controlar reservas de espacios, preparar eventos protocolarios… En conclusión: Casi todo el mundo podría informar, pero antes tiene que estar informado y formado para ello. No basta con recitar una letanía informativa. Hay que expresarse con claridad.
Pues bien, a pesar de todo esto, aún hay quien se empeña en erradicar servicios que son básicos y fundamentales, en lugar de dotarlos adecuadamente y valorarlos de forma justa. Erróneamente, se tiende a sustituir a las personas por máquinas, o, en otro alarde de imaginación, suplirlas por un colectivo que nada tiene que ver con las funciones a las que está destinado ese servicio. ¿Es ésa la impresión que se quiere dar del lugar al que van a acceder muchas personas al día? Entre los técnicos de protocolo circulan frases tales como: “La primera impresión es tan importante que no existe una segunda para remediarla”. O que: “La imagen es tan importante como el rendimiento”. Y entre los profesionales de la hostelería es conocida la importancia que ofrecen al departamento de recepción. Es la tarjeta de presentación  de su hotel, y el primer contacto que el cliente va a desarrollar. Igualmente, no olvidan que la primera y última impresión son las que mayor importancia tienen para el cliente.
Definitivamente, digan lo que digan, los servicios de información y atención al usuario tienen que estar atendidos por personas que dan la cara. A veces, para que se la partan. Aunque siempre será esto último preferible, a que se te caiga de vergüenza por no haber defendido tu puesto de trabajo, o hacer un plan para cargártelo.
Para finalizar la lectura, pulse 1 y diga: Tiene huevos la cosa.

8 comentarios:

  1. Me ha encantado,y sí, tiene huevos la cosa.
    Ahora, más que nunca, tenemos que estar unidos y defender nuestro trabajo diario, aunque algunos se empeñen en hacernos ver que somos un colectivo que no está unido.
    Tenemos que aprovechar a gente que trabaja en conserjería que es capaz de trasladar nuestros pensamientos sobre lo que está pasando. Muchas gracias Luis.

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  2. Hemos pensado en recoger firmas y hacerlas llegar donde haga falta. Personalmente no me importaría firmar este escrito, pues plasma muy bien los pensamientos que todos venimos teniendo desde hace tiempo.

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  3. Desde comisiones obreras y UGT, y mira que ni se pueden ver ya nos han asegurado que las insidias de la candidatura de Aguilera son una soberana estupidez, ya que la rectora se ha comprometido y se compromete a hacer lo que ha hecho siempre, que es garantizar los puestos de trabajo, no solo en conserjería, sino en el resto de servicios.
    Corren tiempos económicos muy duros, dios nos libre de los iluminados que vienen prometiendo consas que ni conocen, porque ya nos podemos ir olvidando de cobrar a día 1, como venimos haciendo y sino que se lo digan a funcionarios de ayuntamientos y de otras universidades. Entre que estos se enteran de como va la cosa, o donde conseguir recursos, lo podemos pasar realmente mal.
    Yo desde luego no pienso votar a un tio para el que somos "El puto PAS" y que se hace el simpatico en una campaña electoral. Con mentiras no se compran conserjes, y Adelaida ha demostrado humanidad y apostar siempre por las personas.

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    1. Como has podido comprobar no eran insidias, han despedido a compañeros como contrapartida la rectora promociona, estando en crisis, a otro colectivo cuyo peso en votos vale más.

      Lástima que UGT y CC.OO se haya unido para sacar la cara por la rectora pero no por los compañeros despedidos. Pero después de sacar dinero a los de BANKIA por mantener la boca cerrada ante un fraude que estamos pagando todos no serán muy sensatos los que salten cada vez que estos sindicatos chasqueen los dedos.

      Resumiendo: LOS COMPAÑEROS ESTÁN EN LA CALLE Y EL TIEMPO HA DADO LA RAZÓN

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  4. Bendito Blog, censurado y patrocinado por Aguilera, que poca credibilidad. ¿que te habrá prometido el exjefe de propaganda de Adelaida? Un pcoo de sentido común, que somos consejes pero no idiotas.

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    1. Bueno para muestra un botón, los compañeros están en la calle, pero lo que no sé si tienes algún hijo enchufado en el clan de la rectora. Eso justificaría tu comentario. Estómagos agradecidos de una larga lista de hijos/as de compañeros en la UMA que trabajan de forma clandestina bajo pseudocontratos que no tienen fecha de finalización.

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  5. Reproduzco comentario enviado por el profesor Ricardo Redoli, a través de correo electrónico.

    "Acerca de este correo que me llega "desviado" por algún amigo, le digo
    señor Navajas, que mi opinión es empática con lo que se defiende en él.
    He dicho en muchas ocasiones que, si el profesor universitario, lo es,
    en rigor, por el estamento al que pertenece, el personal de
    administración y servicio también lo es y, precisamente, porque si bien
    un PAS puede desempeñar su labor en cualquier empresa, el bagaje de
    experiencia y conocimientos que adquiere sobre nuestra Universidad, las
    obligaciones (que sin un reglamento "ad hoc" se le exige y "traga") y
    la duda constante sobre la evaluación de su trabajo, le hacen no sólo
    merecedor del respeto que exige, sino insustituible en la poco
    reconocida tarea que desempeña. La misma defensa de los becarios de
    investigación (y similares) debe ser válida y aplicable a todos los
    miembros del colectivo denunciante. ¡No perderemos a ninguno!. A buen
    entendedor... R. Redoli.

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  6. Una vez pasadas las elecciones, decirle al mamporrer@ del 27 de noviembre, que la única realidad a día de hoy, es que el personal de Conserjería ha sido vendido y traicionado por los firmantes de la modificación de la RPT del 2010,ejemplo de falta de transparencia y del trapicheo de plazas ( esta para tí y esta para mí ). TODO ELLO BAJO EL MANDATO DE ADELAIDA.

    Y con esto no quiero decir que me fie del otro.

    Si hay crisis, que empiecen por arriba, y no por los más desfavorecidos. No tienen verguenza.

    Y sin entrar en la conocida como UNIDAD DE NUEVAS NECEDADES, que servirá para colocar a 2 lacayos en Recursos Humanos.

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