Querido Manolín, ahora que nadie nos
oye, quiero decirte unas cuantas cosas: ¿Qué proyectos más importantes que tu
familia y tus amigos puedes tener allá arriba? Porque yo sé que los tienes, de
otra forma no te habrías ido de entre nosotros. Solo espero que algún día
podamos llegar a conocerlos. Ya dije un día que mi querido “primo” Rafael
Fuentes (padre), fue quien me enseñó el verdadero significado del abrazo.
Desde que os conocí a
vosotros/as, los/as peñistas mi vida cambió. Aprendí el valor que tiene darle
un abrazo a un amigo. Y cuando más a gusto me encuentro entre vosotros, os
empeñáis en dejarnos. Joder, eso no se hace querido amigo.
Te voy a echar de menos
Manolín, mucho. Hace poco, muy poco, quisiste hacerte una foto conmigo. ¿Recuerdas?
Fue en esa comida de amigos/as que nos hemos impuesto entre vosotros los
peñistas y algunos amigos que tenemos el privilegio de seguir contando para
vosotros/as. Si alguna satisfacción tuve cuando fui concejal, sin duda está la
de haber tenido el enorme honor de trabajar con vosotros/as; los/as peñistas,
codo con codo. Esa foto fue en la peña Puerta Blanca y aún siento el contacto
de tu persona junto a mí. Dos amigos sonriendo al mundo. Dos personas mostrando
a todo aquel/lla que quisiera ver, que la amistad hay que fomentarla, cuidarla
y mostrarla.
Pero hoy nos has dejado.
Seguro que ya estás viendo el follón que has formado entre tus amigos/as. Por
supuesto, entre tu familia. Eso no se hace Manolín, no me cansaré de decírtelo.
Pero conociéndote, de alguna forma me estarás diciendo que: “Hermano, no te preocupes, ya te lo
explicaré”. Pero sí, si me preocupo. Joder, Manolín nos dejas jodidos.
Ahora solo nos queda
agarrarnos a nuestros recuerdos y sonreír ante la memoria de una gran persona
que siempre tuvo una sonrisa y un consejo para todo aquél que quisiera oírlo.
Querido Manolín, ya estás
entre tus seres queridos y tus amigos de allá arriba. Del Cielo o como se llame
ese lugar al que va la gente de bien, como tú. Seguro que “el primo”, ha salido
a darte un abrazo. Dale tú a él uno de parte nuestra.
Imagino que ahora os
ponéis manos a la obra y estáis arreglando la documentación para crear una
Peña. Tranquilos que no os faltarán socios/as. Iremos llegando -espero que más
tarde que pronto-, pero llegaremos y volveré a sentir ese abrazo. Además como
me enseñasteis, cuando mi padre y madre ya me habían dejado, aprovecharé para
darles uno muy grande a ellos también. Y de camino, los haremos socios de esa
Peña.
Un beso Manolín.
Luis Navajas
Bellas palabras para despedir a un amigo, aunque nunca se van si los recordamos con el corazón.
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