Hoy se ha escrito una figura más -la de silencio-, a la partitura de los músicos de Málaga. Francisco Javier Sánchez Muñoz (Paco), ha fallecido. Ha cambiado de escenario porque lo han reclamado de la orquesta que lleva tiempo formándose allá arriba. No es de extrañar; se llevan a una excelente persona y músico. Mejor para ellos. Peor para nosotros.
Aunque estas
cuestiones no nos deben de extrañar a los amigos y colegas que, por ahora, nos
quedamos en este local de ensayo. En Málaga, siempre nos hemos dedicado a traer
a nuestros grupos a los mejores músicos de los otros conjuntos. De ahí que
Paco, formase parte de las mejores orquestas que ha dado esta ciudad; que si
bien, siempre fue una madrastra para los suyos (salvo honrosas y justificadas
excepciones), para los músicos y artistas ni les cuento. Y si no, que se lo
pregunten a Miguel de los Reyes. Pero bueno, eso es otro cantar.
Conocí a Paco
hace muchos años, y, desde el primer momento sentí un afecto especial por él.
Además, con los años, tuve la gran suerte de formar una orquesta con él. No
éramos una orquesta al uso, pero sí formamos un trio para acompañar a una
cantante malagueña (que no recuerdo el nombre y ella tampoco recordará el mío,
claro). Con ella hicimos varias galas, con Carlos Becerra, al bajo; Paco
Sánchez al piano y yo, a la batería. Recuerdo los ensayos en el local de la
carpintería de su padre. Especialmente, rememoro su talante, su profesionalidad
y, cómo no; su buen humor. Así que ya ven, no se dio la oportunidad de que
formáramos un grupo por más tiempo; pero sí pude vivir esta experiencia junto a
él.
Podrán leer en
las redes sociales que el cambio de escenario de Paco ha conmocionado a mucha
gente: colegas, amigos, alumnos (sí, Paco es un excelente pianista y profesor
de piano). Músico de formación clásica y de escenario (que es otra forma de
formarse musicalmente). Sus amigos le vamos a echar de menos. Ahora se me viene
a la memoria, la última vez que nos vimos. Fui a visitarlo al hospital y,
cuando llegué, reinaba tanto silencio que me asusté. Me senté a su lado y a los
pocos minutos despertó y me dijo: "Hola Spistin" (no me pregunten
porqué me llamaba Spistin; el caso es que esa forma de llamarme me gustaba. Así
que, también empecé a llamarle yo igual, aunque sigo sin saber qué significa).
Le llevé un libro editado por la UMA, y charlamos un rato. Tuve sentimientos
encontrados; Estaba contento por haberle visto, pero muy triste por lo que
había visto. Luego, en estos últimos meses hemos waseado y, siempre,
interesándose por la salud de tal o cual compañero. Lo que les digo; Un figura
este Paco.
Y ya va siendo
hora de ir terminando esta copla Paco, no creas que no estoy pasando un mal
rato al escribir sobre ti en estas circunstancias. Lo hago a modo de modesto homenaje y espero no te haya importado. Así que, Spintin, sigue
llenando nuestras vidas de armonía y sonidos limpios. Tú sabes hacerlo.
Recuerdo a los colegas que ya estás ensayando con ellos.
Gracias por todo lo que has
aportado a la música. Un abrazo.
Luis Navajas.
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