sábado, 16 de febrero de 2013

ASÍ, SÍ


Lamentablemente el tema de moda es hablar sobre el desapego de la ciudadanía con la política, o mejor expresado; con los políticos. Y es cierto. Así que poco más que añadir.
Pero a pesar de ello (o precisamente por ello), he vivido una experiencia impagable: Un grupo de ciudadanos (que conforman una organización política muy pequeña), me llamaron para que les hablara sobre la estructura política de un Ayuntamiento.
Evidentemente, lo primero que les dije fue que si consideraban que mi participación en esa reunión era interesante; iría. Pero que eran (y son), muchísimas más las cosas que ignoro, que las que conozco. Aún así, el foro tuvo lugar. Y allí llegué, y allí estaban ellos/as.
¿Cómo está organizado un Ayuntamiento y cómo hay que desenvolverse en su estructura? Como ven, el tema da, no para una, sino para cien reuniones como mínimo -eso para no dejarte muchas cosas en el tintero-. Así que les hablé -siempre desde una perspectiva personal-, de lo que me encontré al llegar al Ayuntamiento de Málaga, como concejal.
Y confesé que a los pocos días de haber tomado posesión del acta; ya tenía ganas de volverme a mi trabajo en la UMA. Y no era porque hubiese mal ambiente en mi grupo político, ni el partido,  ni nada de eso; tuve ganas de dimitir como concejal, porque realmente no sabía muy bien qué tenía que hacer, ni cual era mi cometido en aquella estructura.
Por diversos motivos que consideré, llegué a la conclusión de que haría un flaco favor a mi partido (PSOE), si dimitía; pero no por mi valía personal, no; por la lectura que se le podría dar a que un concejal dimita a los pocos días de llegar. Así que, afortunadamente no dimití. Y digo afortunadamente, porque a raíz de aquel bajón; encontré mi cometido y me puse manos a la obra. Jornadas de más de once horas diarias, siete días a la semana.
Dicho esto, subrayé la importancia de que cuando se llega a un Ayuntamiento, Diputación, Parlamento, o cualquier estructura de representación ciudadana, es fundamental conocer los recursos de los que se dispone, para realizar la labor que se les ha encomendado como representantes públicos, y las estructuras que conforman el organismo en el cual se ha de desarrollar el trabajo político. Por supuesto que hay que estar en la calle; pero no se ha de olvidar que, tanto la labor de gobierno, como de oposición, necesitan de unas estructuras administrativas que vayan poniendo negro sobre blanco, todas aquellas iniciativas que se pretendan desplegar para ser coherente con la propuesta presentada a los ciudadanos en campañas electorales.
Así que hablamos sobre el pleno del Ayuntamiento, las comisiones, los organismos municipales, las empresas municipales, el personal de libre designación, los grupos municipales, la búsqueda de información, las iniciativas al pleno, los distritos, el equipo de gobierno, la oposición, de las listas abiertas, y de las listas desbloqueadas, de los consejos de administración de las empresas municipales, del sueldo…
Y ellos preguntaron, y yo intenté responder a aquello que sabía. Y cuando terminé me dieron las gracias y hasta un inmerecido aplauso. Sin embargo, soy yo quien tiene que agradecerles que muestren esa grandeza de estar preocupados por el futuro de todos. Agradecerles que hagan ese esfuerzo, que implica dejar a sus familias para estar debatiendo sobre cómo tendría que ser la política y los políticos. Agradecerles su tiempo. Agradecerles que quieran saber para mejorar.
Y un servidor, que por los acontecimientos actuales, ya andaba un poco bajo de moral, salió de allí con esperanzas renovadas y diciéndome que mientras haya gente así, no todo está perdido.
Quizá los grandes partidos deban aprender de este grupo de gente, y convocar esos foros en los que luego no vaya nadie corriendo a llamar a la dirección municipal, para contarle lo que dijo tal o cual persona que no se resigna a ser un afiliado sumiso. Quizá, las agrupaciones locales políticas, algún día aprendan de estas personas y abran esos debates, sin tener que esperar a que la dirección municipal, regional o nacional, de la orden de organizar foros para ir paseando a esos cargos que, o no se les conoce, o no han hecho nada por tu ciudad, zona o barrio. Quizá algún día –digo-, todo esto ocurra en los grandes partidos políticos. Para ello sólo es necesario que se reúnan jubilados, amas de casa, trabajadores, estudiantes, abogados, parados, exconcejales, o ex lo que sea y que, ninguno, esté colocado por el partido.
Así, sí.

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con tu pensamiento megustaria poder debatir otras formas de opinar sin ataduras

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